Son todos esos costos muy poco perceptibles pero reales y diarios. Estos tienen generalmente dos lineas de repercusiones; una que es un costo de mantención y reposición de activos que lo podemos llevar a una “llave de agua mal cerrada” que va goteando y sumando costos diarios que si se analizan al final del mes (que generalmente no se hace) pero si a fin de año, es un costo muy difícil de justificar porque más bien habla de una mala gestión de gastos y presupuestos del área.
La otra variable donde repercute, es el constante dolor de cabeza; el pequeño problema que se transforma en una pérdida de tiempo, foco del negocio y de las funciones relevantes que pueden generar optimización y eficiencia en tus procesos y operaciones logísticas; lo que finalmente es un costo extra para la empresa no usar de manera eficiente sus recursos humanos.
Es por esto que tener una mirada de mediano y largo plazo es fundamental a nivel de inversiones y de procesos eficientes; ya que los costos fantasmas dejan de existir, y mas bien se transforman en ahorros reales rentabilizando y optimizando la eficiencia de sus procesos.
Un claro ejemplo; son las protecciones, donde muchas veces las empresas o no tienen ningún tipo de protección o implementan protecciones muy básicas como las de fierro, que llevan más de 30 años en el mercado y no funcionan, al contrario se transforman en un costo fantasma; da la sensación de que protegen, pero no duran, y generan costos constantes de mantención, reposición; incluso dañando los activos de la empresas ( racks, estructuras, oficinas, maquinaría) siendo un claro dolor de cabeza y perdida de tiempo y foco para los encargados de optimizar los procesos logísticos.
Autor: Mirko Pavlovic / Socio – Director Comercial de Ennat Group.